El discurso antimigración en Panamá ha tomado un protagonismo destacado en las elecciones presidenciales, con candidatos como José Raúl Mulino proponiendo cerrar la selva del Darién y repatriar a las personas que intentan cruzarla.
Esta postura ha generado preocupación entre activistas de derechos humanos, quienes ven en esta medida una violación a los derechos de los migrantes.
Mulino, líder en las encuestas a pesar de su candidatura inesperada, ha afirmado de manera contundente su intención de cerrar la frontera con Colombia, argumentando que Panamá no es un país de tránsito y que muchos migrantes son víctimas de trata.
Por su parte, la candidata independiente Zulay Rodríguez también ha abogado por cerrar la frontera, mostrando una postura similar a la de Mulino.
Sin embargo, estas propuestas han generado críticas por parte de activistas de derechos humanos como Iván Chanis, quien considera que ver a los migrantes como criminales y no como personas en busca de una mejor oportunidad de vida es preocupante.
Además, señala que cerrar la frontera del Darién es una medida inviable e inhumana, ya que es imposible controlar una frontera con las características de esta selva.
En medio de este debate, otros candidatos han destacado la importancia de combatir la trata de personas y brindar apoyo a los países de origen de los migrantes como una forma más efectiva de abordar la crisis migratoria en la región.
En este sentido, se espera que las elecciones del 5 de mayo en Panamá reflejen las diversas posturas en torno a la migración y la frontera del Darién.
La propuesta de cerrar la frontera del Darién es demagógica y populista, ya que es humanamente imposible de llevar a cabo. Además, señala que esta medida no aborda la raíz del problema y deslegitima la crisis migratoria en la región.
Es importante considerar enfoques más humanitarios y respetuosos de los derechos de los migrantes para abordar esta compleja situación.
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