Estados Unidos logró detener al narcotraficante mexicano más buscado, pero la Fiscalía General de México está considerando presentar cargos por traición contra quienes lo entregaron.
Esta situación es parte del largo y extraño rastro del histórico líder del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada, quien apareció inesperadamente en una aeronave que aterrizó cerca de El Paso, Texas, el 25 de julio.
El vuelo en avión privado fue organizado por otro capo que decidió entregarse.
Las autoridades estadounidenses afirman que Joaquín Guzmán López —hijo del encarcelado líder del cártel Joaquín “El Chapo” Guzmán— voló a Estados Unidos para entregarse, pero secuestró a Zambada antes de salir de México y lo obligó a subir al avión.
En lugar de agradecer a Estados Unidos la captura de Zambada —cuyo cártel lleva décadas sembrando la violencia y el terror en México
la Fiscalía General de la República está estudiando la posibilidad de presentar cargos por traición contra Guzmán López o cualquier otra persona implicada en el complot.
La Fiscalía General informó la tarde del domingo en un comunicado que abrió una investigación penal “por los posibles delitos de vuelo ilícito; uso ilícito de instalaciones aéreas; violación a la legislación migratoria y aduanera; secuestro; traición a la patria y lo que resulte".
La extraña respuesta a la captura de un narcotraficante por el que se ofrecía una recompensa de 15 millones de dólares se basa en un artículo del código penal federal mexicano que establece penas de hasta 40 años de cárcel por traición a la patria.
El artículo incluye las definiciones tradicionales de traición —atacar a México en nombre de una potencia extranjera o servir a un ejército extranjero
También establece que comete traición “quien prive ilegalmente de su libertad a una persona en el territorio nacional para entregarla a las autoridades de otro país o trasladarla fuera de México con tal propósito”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador considera una afrenta cualquier intervención estadounidense. De hecho, el lunes cuestionó la política del país vecino de detener a los líderes de los cárteles de la droga. ”¿Por qué no cambian esa política?”, dijo.
Preguntado por el caso Zambada —y la posible implicación de un dirigente regional del partido gobernante en las negociaciones con los narcos—
el presidente describió todo el asunto como un posible complot de algunos sectores estadounidenses para desprestigiarlo vinculando a su organización con los capos de la droga.
Tras las revelaciones que realizó Zambada en una misiva que se difundió el fin de semana, en la que aseguró que fue traicionado por Guzmán López para ser llevado a Estados Unidos, López Obrador expresó su respaldo a la decisión de la Fiscalía de asumir la investigación del proceso de detención de los dos capos.
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