“Lo único que me ha dado fuerzas es el señor yo la fe no la pierdo pase por donde pase”.
Así expresó la joven Daneilis Tamayo quien levantó la mano en señal de alabanza en un servicio dominical en un suburbio de Miami, a unos días de haber vendido todo lo que tenía en Cuba para huir en una embarcación repleta de gente con sus tres hijos.
Esta familia ha permanecido durmiendo en el albergue improvisado de Iglesia Rescate, después de haber descubierto que su contacto en Estados Unidos resultó ser mentira, tanto él como sus promesas de ayuda.
Según la noticia aproximadamente 250,000 migrantes y solicitantes de asilo como el caso de esta joven han llegado al área de Miami después de que se les ha otorgado un estatus legal precario que a menudo no incluye permiso para trabajar, lo cual según los expertos en estas estadísticas lleva pasando alrededor de los últimos 18 meses.
Al respecto el reverendo David Monduy y párroco de la iglesia Rescate, dijo, “El señor dice de acoger al extranjero. Es lo más triste la cantidad de gente que llega y no podemos ayudar”.
Como este reaccionaron algunos otros líderes religiosos en Miami, manteniendo su postura e iniciativa de ayudar a los nuevos inmigrantes, pero también dejando claro que tanta necesidad se está volviendo inmanejable.
Sobre esto dijo el director general de Catholic Charities en Miami, Peter Routsis-Arroyo: “Podemos recibir una llamada un sábado de que 30 migrantes fueron dejados y dos horas después, de que todos fueron escogidos”.
En resumen, esta afluencia está maximizando la red de seguridad social de los migrantes en las comunidades religiosas de Miami acostumbradas desde hace mucho tiempo a integrar a quienes escapan de la persecución política a la falta de libertades y la escasez de productos básicos entre otras necesidades en Cuba los cubanos fueron los primeros en llegar tras la revolución comunista de la Isla hace 62 años aproximadamente y todavía llegan juntos con haitianos nicaragüenses y venezolanos en la actualidad.
Otra opinión similar fuera del arzobispo de Miami, Thomas Wensky, quien dijo: “Es completamente irracional que no otorguen permisos de trabajo debido a eso el gobierno puede hacer que una situación que aún no es tan mala empeore”.
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