Estos individuos fueron detenidos en Medellín como resultado de la desarticulación de la red, la cual se encargaba de contactar a extranjeros, en su mayoría provenientes de Cuba y Haití, y aseguraba su tránsito por Centroamérica hacia la frontera sur de Estados Unidos. Ante la contundencia de las pruebas en su contra, los acusados admitieron su culpabilidad, según informaron las autoridades.
La red utilizaba la frontera colombiana con Ecuador como punto de ingreso para los migrantes, asegurando después su salida irregular hacia Panamá a través de las costas de Urabá. Así lo han confirmado los informes de la Fiscalía General de la República de Colombia.
Dos de los arrestados, Adrián Ricardo Rojo Correa y Sebastián Carmona Mejía, han sido condenados a seis años de prisión por los delitos de tráfico de migrantes y concierto para delinquir agravado.
Por su parte, los otros tres implicados han recibido una sentencia de cuatro años de cárcel. Estos detalles fueron proporcionados por Hugo Tovar Pérez, director especializado en la lucha contra las violaciones de derechos humanos, a través de un video publicado en la red social X, antes conocida como Twitter.
Los traficantes cobraban a las víctimas la suma de 300 dólares por persona, a cambio de transporte, manutención y hospedaje en un hotel de Medellín.
Posteriormente, los migrantes eran trasladados a Capurganá, en la costa del Caribe colombiano, donde partían en lanchas rumbo a Panamá, para continuar su trayecto hacia Estados Unidos.
La investigación, liderada por una fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, ha corroborado que las actividades de tráfico de migrantes llevadas a cabo por esta red ocurrieron entre julio de 2021 y mayo de 2022.
Asimismo, Tovar Pérez añadió que la zona del Urabá antioqueño sirve como puente para miles de migrantes que buscan seguir la ruta centroamericana hacia Estados Unidos.
La semana pasada, el gobierno de Panamá anunció que está considerando el cierre de su frontera terrestre con Colombia debido al aumento exponencial de la migración irregular a través del Tapón del Darién, que ha alcanzado la cifra récord de 307,000 personas en lo que va del año.
Las autoridades estadounidenses han reiterado de manera enfática que la frontera no está abierta a la inmigración irregular.
Es importante destacar que aquellos individuos que intenten ingresar al país por esta vía serán devueltos a su lugar de origen sin excepción.
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