Tras el anuncio del presidente Joe Biden el pasado domingo 21 de julio, en el que comunicó que no sería el candidato presidencial del Partido Demócrata para las próximas elecciones de noviembre, varias figuras destacadas del Partido Republicano han pedido su dimisión inmediata.
Argumentan que, si Biden no es apto para ser candidato presidencial, tampoco lo es para continuar gobernando el país.
El presidente Biden admitió que no cuenta con las capacidades necesarias para ser el candidato demócrata, tras haber mostrado un notable deterioro mental y físico en los últimos meses.
Este reconocimiento ha sido aprovechado por sus críticos, incluyendo al expresidente Donald Trump, miembros del Congreso y otras voces influyentes dentro del Partido Republicano, quienes insisten en que la misma lógica debería aplicarse a su posición como presidente.
"El corrupto Joe Biden no era apto para presentarse a presidente, y ciertamente no es apto para servir – ¡Y nunca lo fue! Todos los que le rodeaban, incluidos su médico y los medios de comunicación, sabían que no era capaz de ser presidente, y no lo fue", aseguró Trump en la plataforma Truth Social.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, junto con otros miembros del órgano legislativo, también exigieron la dimisión inmediata de Biden.
"Si Joe Biden no es apto para postularse a presidente, no es apto para ser presidente. Debe renunciar al cargo inmediatamente", indicó Johnson en Twitter.
Johnson considera que las acciones de Biden son injustas para el pueblo estadounidense, ya que al renunciar tan cerca de las elecciones, está desechando más de 14 millones de votos que lo eligieron como candidato durante las primarias. "El autoproclamado ‘partido de la democracia’ ha demostrado exactamente lo contrario", agregó.
El gobernador del estado de Texas, Greg Abbott, también se sumó a las críticas.
Abbott, quien ha sido un ferviente opositor de las políticas migratorias de Biden y Harris, afirmó: "Si Biden no es apto para postularse a la presidencia, tampoco lo es para ejercer la presidencia.
La seguridad estadounidense está en riesgo tanto dentro como fuera del país. Un cambio en la oficina oval es esencial –inmediatamente– para garantizar la seguridad de los estadounidenses y la seguridad de nuestro país".
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